CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO


En 2025 se celebra el 1700 aniversario del credo nicenoconstantinopolitano, que es el popularmente conocido como "credo largo", y que solo se reza en algunas ciudades, dependiendo de la tradición del lugar. Pero que sirve tanto como el otro -el "credo corto"- que cumple la misma función: sintetizar la esencia del cristianismo en unas cuantas afirmaciones más o menos fáciles de aprender y de replicar oralmente. Y cada una de las afirmaciones daría para escribir auténticos manuales -como así ha sido a lo largo de la Historia- y que en Pastoralsj han tratado de destripar con una serie de artículos sobre el Credo.
No se trata solo de ampliar la cultura religiosa del pueblo de Dios, que también, sino de conocerlo bien para que ayude a creer mejor. Se llama así porque surgió en el Concilio de Nicea (325 d. C.) y se consolidó en el Concilio de Constantinopla (381 d. C.), en un tiempo en el que la Iglesia estaba poco institucionalizada y donde cada uno, por así decirlo, creía a su manera. Y sobre todo, había un teólogo, Arrio, que ponía en duda que Jesús formara parte de la misma divinidad, como el Padre o el Hijo. Era reconocer y afirmar que Jesús es 100 % hombre y 100 % Dios, algo que condiciona nuestro modo de creer, y por tanto de vivir.
Curiosamente, el credo nicenoconstantinopolitano -o "credo largo" si resulta más fácil- es reconocido por casi todas las corrientes del cristianismo, y apunta a la comunión. Pues más allá de la diversidad de carismas y de confesiones, es un símbolo que nos llama a la fe y a la unión.
Ójala que la serie de artículos de Pastoralsj nos ayude a descubrirlo y, por qué no, a creer más y mejor.