El sábado pasado la comunidad de
Salamanca celebramos nuestro retiro comunitario de primavera. Un retiro que
este año hemos vivido de una manera diferente, cada uno desde su casa, pero que
ha sido un momento privilegiado de encuentro entre nosotros y sobre todo con el
Señor. Comenzamos la mañana escuchando los puntos para la oración, que
previamente habíamos grabado, y tras el tiempo de oración personal pudimos
compartir en grupos “on-line” las mociones y llamadas que nos surgían a cada
uno. Por la tarde, después del café virtual, tuvo lugar el plenario, donde
pudimos poner en común lo que había surgido en los grupos y, tras visionar el vídeo
del encuentro W-ExCo y los Equipos Regionales en el mes de abril, compartir las
resonancias que nos dejaba todo lo escuchado, visto y vivido a lo largo del
día. Después de la eucaristía de las 20.05, acabamos el día de encuentro con
una caña virtual.
En este día hemos podido experimentar
que Jesús nos llama a vivir el proceso de resurrección con Él. Nos hemos puesto
delante del Señor para expresar cómo estamos viviendo, cada uno y como
comunidad, este tiempo de pandemia y, desde ahí, hemos percibido cómo Él nos
sale al encuentro.
Esta experiencia ha suscitado en
nosotros un profundo agradecimiento y la confianza de que estamos siendo
sostenidos por Dios. Hemos sentido muy fuertemente la unión de ánimos con toda
la comunidad mundial, una unión que se nos hace especialmente visible en este momento. Desde ahí nos sentimos llamados a vivir en
comunidad este tiempo, a comunicarnos, acompañarnos, y cuidarnos para poder también
cuidar a otros. Y, sobre todo, a dejarnos transformar por Jesús haciéndonos más
como Él.
Se nos llama a estar atentos, desde esa mirada contemplativa al mundo que tenía Jesús, para discernir las urgencias, las necesidades de nuestro mundo. Nos sentimos invitados, desde nuestra fragilidad, a ponernos en camino para construir con otros el sueño que Dios tiene para la humanidad. Damos muchas gracias a Dios por este día.