Nosotros, los
miembros de la Comunidad de Vida Cristiana en Europa, expresamos nuestra
solidaridad y cercanía a todas las personas que están pasando un calvario
en nuestras fronteras del sur de Italia, España y Malta. También
queremos dar las gracias a los gobiernos de los Estados europeos que han
aceptado acoger a los refugiados en el Ocean
Viking y esperamos otro final seguro para los refugiados del buque Open Arms. Como seres humanos
tenemos que hacer todo lo que sea necesario para preservar y proteger la
vida. Como cristianos también estamos convencidos de la singularidad
y el valor de cada ser humano.
No podemos estar de acuerdo con el discurso político
actual que mezcla la retórica y el beneficio políticos con el valor de la vida
humana. En una situación en la que la vida está en peligro, estamos
profundamente preocupados por el hecho de que las naciones más poderosas del
mundo, incluidas las tres naciones afectadas, Italia, Malta y España, no estén
dispuestas a asumir sus responsabilidades civiles. Tenemos que elaborar
políticas económicas que den prioridad al bienestar de todas las personas en
lugar de explotar la riqueza de otras naciones, lo que hace que la gente
emprenda viajes muy peligrosos para buscar un futuro mejor. Cada
nación tiene una responsabilidad mutua, ninguna nación es una isla. Como
continente rico no podemos cerrar los ojos ante el sufrimiento humano en
nuestras fronteras.
La vida humana es preciosa y necesita ser protegida.
Nadie, por poderoso que sea, tiene derecho a decidir si alguien puede morir o
vivir. Nuestros gobiernos deben ser considerados responsables de la
pérdida masiva de vidas humanas que se está produciendo en el
Mediterráneo. ¡Toda vida es igual de importante!
Hacemos un llamamiento a los gobiernos de Europa para
que trabajen juntos por el bien común y la protección de todas las personas que
actualmente se encuentran atrapadas en los países del norte de África, donde
están siendo explotadas, y que intentan cruzar el peligroso
mar. Trabajemos juntos como naciones de Europa para mejorar la
dignidad de la vida humana y nuestro hogar común.
El equipo europeo de CVX
Angelika Scholz, Jean-Benoît Hoet, Katarzyna Artemiuk y Chris Micallef