TODOS LOS SANTOS

Señor, creo que nunca olvidaré ese día, sentado junto a ti, entre tus amigos. Tus palabras han cambiado mi vida. Deseo recibir ese don del Reino de Dios y participar activamente en él. Por eso necesito que cambies muchas cosas en mi vida: mi corazón no es el de un pobre, y tendría que serlo; tú sabes que paso de largo ante el dolor y el llanto incluso de muchas personas que están cerca de mí, necesito un corazón compasivo; sabes que me desentiendo de muchas situaciones conflictivas, porque tengo miedo de luchar por la verdad y la justicia, necesito ese coraje profético que tú tienes; sabes que mi mirada no es limpia ni transparente, por eso necesito la claridad de tu mirada. Cómo me gustaría que la gente que entrara en contacto conmigo y con los cristianos de mi comunidad, al vernos, exclamara: ¡anda! ¡cómo se parecen a Jesús! su mirada, sus sentimientos, su lucidez, su talante firme y pacífico… Señor, toma mi barro, toma nuestro barro, y moldéalo otra vez para que se llene de vida, de tu Vida: una vida que rezume Reino de Dios.
Pep Baquer sj