SAN JUAN DE SAHAGÚN

La ciudad de Salamanca se prepara para celebrar el 12 de junio sus fiestas patronales en honor a San Juan de Sahagún, el fraile agustino conocido por su predicación, su labor social y su importante papel como pacificador de Salamanca, por entonces una ciudad dividida en dos bandos irreconciliables.
El martes 12 de junio se celebrará la fiesta con una solemne eucaristía en la Catedral Nueva, a las 12.00 del mediodía, que será oficiada por el Sr. Obispo. Previamente, a las 11.00 de la mañana el Cabildo Catedral acogerá el Rezo de Laudes y Hora intermedia.
 
San Juan de Sahagún (Sahagún, León 1430 – Salamanca, 1479) fue un “auténtico testigo de la fuerza transformadora del Evangelio en cualquiera de las circunstancias” como señaló el año pasado nuestro obispo Mons. Carlos López en su homilía en la fiesta del Santo y patrono de la Diócesis de Salamanca. “Su palabra encendida de amor y de misericordia, no menos que de lúcida y aguda denuncia de la penosa situación social, hizo posible el milagro de la concordia y la recuperación de la paz social” en la ciudad de Salamanca.
Este fraile muy devoto del Santísimo Sacramento, resplandeció por su vida ejemplar y por varios milagros debidos a su intervención, en uno de ellos salvó a un niño de morir ahogado, aunque quizás el más conocido fue el que hizo parar a un toro bravo que campaba a sus anchas sembrando el pánico en la ciudad a la voz de “Tente, necio”. Dos hechos que son recordados en las dos calles en las que ocurrieron: Pozo Amarillo y Tentenecio.
Su figura está muy presente en otros lugares de la ciudad que también estuvieron relacionados con él, como son el medallón del Santo situado en el pabellón de Petrineros de la Plaza Mayor; un bajorrelieve en la Calle Traviesa en la casa donde vivió antes de ingresar en el Convento de los Agustinos; su estatua situada en la parte trasera de la iglesia que lleva su nombre, un templo de estilo nerorrománico que fue erigido en su honor en la calle Toro a finales del siglo XIX y que en su fachada están representados en relieve el milagro del pozo amarillo y la pacificación de los bandos; y, finalmente, la Capilla Mayor de la Catedral Nueva, donde se encuentra una urna de plata que alberga parte de sus restos.
El Santo falleció el 11 de junio de 1479 en el monasterio de San Agustín de Salamanca. Fue canonizado en 1691 y declarado patrono de la ciudad y Diócesis de Salamanca en 1868 por el Papa Pío IX, que mandó celebrar su fiesta el 12 de junio.