La expectación es máxima. La penúltima temporada de
Juego de Tronos se estrena al fin, y con este estreno el universo creado por
George R. R. Martin está cada vez más cerca de ofrecernos un final a las tramas
que llevamos tiempo siguiendo.
Estos días pensaba que no deja de resultar curioso el
enorme interés que ha suscitado el estreno. Los tráileres que se publicaron
hace poco han sido analizados fotograma a fotograma, y las medidas de seguridad
para evitar los temidos spoilers son extremas. Y si digo que me resulta curiosa
la expectación que vivimos los seguidores de la serie ante este estreno es
porque si algo nos dejó el final de la sexta temporada fue a los protagonistas
esperando los cambios que ya se veían imparables en su propio mundo. De algún
modo en estos días se ha roto la cuarta pared y seguidores y personajes hemos
compartido un sentimiento común de espera.
Y siendo una situación común, no deja de ser muy
distinto lo que sentimos. Dejamos a nuestros personajes favoritos a la espera
de un mundo mejor, más adecuado a sus propios ideales y formas de entender su
particular universo de ficción. Algunos más nobles y otros decididamente
egoístas y malévolos. Y nosotros, sus fieles seguidores, sin embargo, hemos
andado suspirando por más entretenimiento, por una nueva dosis de ficción que
nos relaje, nos aleje de nuestra cotidiana realidad y nos descanse.
Sin embargo, en la vida real nosotros no somos los
espectadores, sino los protagonistas. Y somos nosotros los que esperamos un
mundo concreto (mejor o peor, lleno de ideales o de intereses egoístas). La
espera es algo que todos vivimos. Y te ayuda, te hace alimentar la ilusión por
lo nuevo, lo que está por venir. Ahora son meses de parón, descanso,
vacaciones… En espera de lo que venga en septiembre. Lo que te traerá el curso
nuevo. Puedes preguntarte cómo es tu espera. Si está cerca de la esperanza que
activa, moviliza o puede que más bien te dejes llevar por los nervios del
consumir algo nuevo, de probar sin compromiso, de alimentarte. En definitiva,
si te pasas la vida esperando un capítulo nuevo o te mueves hacia aquello que
esperas.
Alvaro Zapata sj en Pastoralsj