SONRÍE Y NO DES POR PERDIDO LO QUE NO DA FRUTO, LO ESTÉRIL


Quizá una de las cosas que más nos amenazan la alegría y la misericordia con los demás es lo que nos narra el evangelio de este domingo: una higuera que es cuidada año tras año y sigue sin dar fruto. Y, entonces, todos nuestros demonios y humos se ponen en pie para gritarnos: ¡córtala, quémala! Y Dios repitiendo bajito: espera, espera, no des nada por perdido…
Cuántas veces nos cansamos de intentar e intentar… y ver que hay cosas que no dan fruto, que no avanzan, que no crecen… y a veces, hasta van a peor… ¿Sabías que una de las obras de misericordia es “Soportar con paciencia los defectos de los demás”? Entendamos defectos como todo aquello que nos incomoda, que no da el “resultado” que esperábamos, que no da el fruto que según nuestros criterios “debería” dar… Todo lo imperfecto, lo que no se ajusta, lo que nos hace sufrir, lo que nos desespera… Y lo curioso es que todos somos también higuera estéril para otros… Así que no des por perdido el tiempo y el cariño y el cuidado que emplees: todo amor que se siembra da fruto. Ya sabes que la paciencia todo lo alcanza. Y Dios es infinitamente paciente… para ver si… para ver si… ¿será este año cuando pueda alegrarse de ver que sí estamos dando fruto? Tú tampoco des a nadie por perdido. Ten paciencia. Ten paciencia… Y aplícalo a esa situación o persona que cada uno sabemos que lo necesita.