La misericordia siempre ha sido
una virtud importante en la historia de la filosofía moral y lo será más
todavía en la era digital. El papa Francisco ha empeñado este año de su
pontificado en la promoción, exaltación y aplicación de la misericordia
como virtud central sobre la que tiene que girar toda la acción pastoral.
Con ello se produce un doble efecto: por un lado, la iglesia católica se ve
obligada a reconstruir todas sus propuestas de actuación en clave de
misericordia, y por otro, el resto de comunidades religiosas, culturales o
socio-políticas se ven interpeladas por el horizonte de la misericordia.
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