Estamos llegando al final de la Cuaresma y os invitamos a seguir de
cerca los pasos de Jesús en su camino hacia el gran paso, hacia la Pascua.
Pasos duros y dolorosos, pasos temblorosos y tambaleantes, pasos que
Él dio casi en solitario. Ahora queremos acompañarle, pero no como
espectadores, sino desde dentro. Queremos entrar dentro de su Pasión, para
poder compartir también la fuerza de su resurrección. Queremos asumir los
dolores y los amores de Cristo, compenetrarnos con sus sentimientos más íntimos
y sus actitudes más profundas.
Los pasos de la Pasión no son catorce ni catorce mil. Los pasos de la
Pasión son incontables, porque la Pasión no se termina nunca, Cristo sigue
recorriendo este camino muchas veces, porque la Pasión sigue siendo, por
desgracia, muy actual. No basta con saber lo que le pasó a Cristo, sino lo que
le está pasando hoy aquí entre nosotros y en el mundo.
El Viacrucis que presentamos fue escrito por miembros de la Comunidad de Jóvenes del Milagro (Jesuitas Salamanca) y quiere ser una actualización viva
del Camino de Jesús hacia la Cruz.