CINCO NOMBRES PARA LA CUARESMA


Si tomamos la primera lectura bíblica de los cinco domingos de esta Cuaresma, encontraremos cinco nombres, cinco figuras que pertenecen a la tradición veterotestamentaria. Cada una de ellas simboliza algo particular, nos descubre una referencia concreta en este itinerario de renovación y crecimiento.
ADÁN: (domingo primero) La figura de Adán es el símbolo bíblico del ser humano; la arcilla representa su fragilidad; el aliento que Dios sopla en él, su condición original, su parte divina. En Adán aparecen unidos tierra y cielo, carne y espíritu.
ABRAHAM: (Domingo segundo) Simboliza la vocación original de todo ser humano, la llamada interior; es una invitación a que prestemos atención a lo esencial, abandonando o poniendo en segundo plano seguridades y atajos, para ir a lo que realmente nos plenifica, representado en la promesa.
MOISÉS: (domingo tercero) Simboliza la capacidad de liderar en la búsqueda de libertad, frente a las muchas esclavitudes que no nos dejan realizar plenamente nuestra vocación original. Es quien guía al pueblo en el desierto, quien garantiza la cercanía y fidelidad de Dios a través de su propia experiencia.
DAVID: (Domingo cuarto) Es el rey, figura de quien alcanza ya cierta madurez espiritual, cierta "realeza”, y se sabe elegido para un propósito, a pesar de sus muchas limitaciones. Es dueño de su destino, sabe reconocer sus errores y pedir perdón, pero sigue sintiéndose rey, y reconoce en todo lo que vive una Presencia salvadora.
EZEQUIEL: (Domingo quinto) Aparece en representación de los profetas. Es símbolo de capacidad para desafiar lo establecido, para mirar siempre más allá, infundiendo esperanza en los momentos oscuros, y viendo la vida donde no la hay.