La fe no puede ser el
traje que nos ponemos los domingos, o en alguna celebración, y lo guardamos en
el armario el resto de los días. La fe se vive en la vida cotidiana. Y Dios
viene a nuestro encuentro en las calles de la ciudad, en la cocina de casa, en las
aulas de la universidad, en los campos de refugiados, en las barriadas
musulmanas de Pakistán, en el parvulario, en un hospital de Iraq, en la selva
amazónica y en la sala de espera del aeropuerto. Timothy Radcliffe lo ha encontrado en todos estos lugares y nos lo
cuenta en sus libros.
Nacido en 1945, es un
dominico inglés. Fue profesor de Biblia en la Universidad de Oxford. Desempeñó
diversas tareas en la organización de su Orden. Primero como superior de los
dominicos ingleses, y de 1992 a 2001, como superior de los dominicos en todo el
mundo. En el desempeño de esta labor viajó por los cinco continentes conociendo
directamente la realidad de la vida cristiana en lugares y situaciones muy
diversos.
Es conocido
internacionalmente por sus numerosos escritos y libros. En ellos pone en diálogo
la tradición cristiana con la cultura contemporánea. Toma postura de manera
valiente y lúcida sobre cuestiones socialmente debatidas. Utiliza un lenguaje
directo y llano, acompañado de un humor fino. Para hablar de la vida cristiana
no tiene problema en recurrir a anécdotas de su vida, chistes, películas, obras
literarias y canciones de música pop. Timothy nos enseña que los cristianos debemos conversar con la
cultura en la que vivimos planteándonos las mismas preguntas,
compartiendo aspiraciones y encontrando en el evangelio una luz que ayude, a
creyentes y no-creyentes, en nuestra búsqueda común de un mundo más humano.
Actualmente vive en el
convento de los dominicos de Oxford pero no para de viajar impartiendo
conferencias y charlas por todo el mundo. Algunos de sus libros han sido
premiados, y todos muy leídos.
Hay un texto suyo en el
que nos recuerda que la fe nos pone de pie.
"Jesús llama a Lázaro por
su nombre, y el difunto camina. Esto es la esencia de la fe. Se nos llama por
nuestro nombre y respondemos. Abrahán oye una voz que le grita: “¡Abrahán!”, y
él responde: “Aquí estoy”…Moisés se encuentra en el desierto y oye cómo una voz
le llama desde una zarza ardiente, a la que responde “Hinn nî”, es
decir, “aquí estoy”. La fe consiste en escuchar esa voz y responder… Jesús dice
a Lázaro que se ponga en pie y camine.
El hecho de ponerse en pie es en la Biblia un signo de que realmente uno está
vivo. En Isaías, Dios llama al Israel pobre y exiliado diciéndole: “Espabílate,
espabílate, ponte en pie, Jerusalén” (51, 17)… Nosotros recitamos de pie el
Padrenuestro porque participamos en la vida de Cristo Resucitado, que nos
levanta y nos pone en pie. Estar realmente vivos, participar en la vida santa
de Dios, implica que podamos ponernos en pie" (Ser cristianos en el
siglo XXI. Una espiritualidad para nuestro tiempo. Sal Terrae, Santander
2011, p. 39).
La fe es respuesta a una
llamada de Dios; una llamada que la mayoría de las veces se expresa con
discreción en el fondo de nuestra conciencia, de nuestro interior: ¿has oído la
llamada de Dios? ¿Qué te dice?
La llamada de Dios nos
pone en pie ¿qué puede significar para ti hoy ponerte en pie?
En tu vida concreta ¿qué
respuesta tienes que dar al Dios que te llama?
Si quieres leer algo más de
este autor, hay un libro-entrevista, Timothy Radcliffe. Os llamo amigos.
Entrevista con Guillaume Goubert. Una obra que recoge su mirada sobre la
vida cristiana es ¿Qué sentido tiene ser cristiano?: el abismo de la
plenitud en el devenir de la vida cotidiana.
Tomado de Pastoralsj