NUEVO PROYECTO APOSTÓLICO DE LA CVX EN SALAMANCA

“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres y agradecidos…”. Así comenzábamos nuestro último retiro de revisión y evaluación del Proyecto Apostólico Comunitario (PAC) que ha ido guiando nuestros pasos desde 1999; y así nos sentimos, sinceramente agradecidos al Señor que nos sigue convocando e invitando a colaborar en la construcción del Reino en colaboración con otros. Este agradecimiento nos lleva a reconocer a Dios como origen de todo bien y a responder a tanto amor con nuestro servicio y entrega.
Redactamos nuestro primer PAC en 1999. Surgió como un documento orado, discernido y consensuado por todos los miembros de la comunidad. Pasados más de diez años era necesario evaluarlo y revisarlo a la luz de cómo ha ido evolucionando la misión en CVX-E. Este trabajo ha supuesto una implicación personal de todos los miembros de la comunidad y ha puesto en juego muchas energías y voluntades. A lo largo de los últimos dos años hemos dedicado tiempo y esfuerzo a evaluar, revisar y modificar nuestro PAC original teniendo como referencia nuestro modo de proceder, el DEAE, el deseo de ser una Comunidad Apostólica que discierne, envía, acompaña y evalúa, a la luz de las pautas de la Asamblea de Nairobi 2003 “Llamados a ser Cuerpo Apostólico para responder a la misión teniendo como instrumento específico el DEAE”.
Nuestra comunidad está formada por hombres y mujeres adultos, con grandes deseos de seguir más de cerca a Jesucristo y trabajar con Él, como dice el PG nº 4, que nos urge a trabajar por la justicia desde dentro del mundo en el que vivimos. “Hemos recibido de Cristo la misión de ser sus testigos entre los hombres, por medio de nuestras actitudes, palabras y acciones, haciendo propia su misión…” (P.G. nº 8). En concreto, en 2011 la comunidad CVX en Salamanca la formamos 3 grupos de vida compuestos por personas adultas, comprometidas con la familia y la realidad laboral; aproximadamente el 50% son parejas casadas y con hijos menores de 14 años; profesionalmente la mayoría de los miembros desarrollan su labor en el campo de la educación, la sanidad y la labor social, entre otros.
Durante este tiempo, hemos cambiado, hemos ido evolucionando, a la vez que también cambiaba la situación y el contexto de la ciudad de Salamanca, en la que tenemos nuestros campos de actuación. Estamos viviendo momentos muy difíciles para muchas personas, hermanos nuestros a los que es necesario dar una respuesta de esperanza y de ilusión y esto nos ha llevado a buscar la manera de hacer presente al Señor en el corazón de nuestro mundo, comenzando por aquello que nos constituye como personas y como laicos: nuestra familia y nuestra realidad laboral.
A lo largo de este proceso han aparecido llamadas nuevas a las que intentaremos dar respuesta con nuestros equipos apostólicos: Formación, Equipo Misión Joven, Fe y Justicia y el equipo de Espiritualidad, además del Comité Local. Como acordamos en la asamblea de Santiago 2009 “debemos tener presentes las prioridades a las que hemos sido convocados particularmente como Comunidad Mundial y sentir con la Iglesia la preocupación por la situación actual en España y en el mundo provocadas por las relaciones económicas injustas”. Siempre desde la llamada del Señor que hemos encontrado en las necesidades de los demás, y no tanto desde nuestras capacidades para dar respuesta.
Sentimos el deseo de dar respuesta a la Gracia de Dios con nosotros, especificada en la Asamblea de Fátima 2008, en la que se nos invita a ser comunidad profética, con una actitud personal y comunitaria que nos lleva a mirar al mundo con los ojos de Dios, a escuchar lo que Dios oye, a sentir con el corazón de Dios y a hablar y actuar desde la misericordia, la compasión y la esperanza. De este modo, queremos ser Sal y Luz para nuestros hermanos. En concreto, y como queda expresado en la asamblea de Fátima 2008, queremos reafirmar tres deseos importantes que ya fueron identificados en Itaicí 1998, que son: promover la vida familiar como célula básica para construir el reino de Dios en este mundo, acompañar a los jóvenes en la búsqueda del sentido de sus vidas, e integrar las actividades profesionales y laborales dentro de nuestra fe cristiana, teniendo presente que nuestra misión es la que nos conforma como personas y como comunidad.
Este nuevo PAC nos abre un horizonte de esperanza e ilusión que nos hace sentirnos como colaboradores de la misión del Señor en el “aquí“y en el “ahora”. Por eso pedimos al Señor, como pedíamos en la Asamblea de Santiago 2009, “conocimiento interno de tanto bien recibido, para que enteramente reconociendo, podamos en todo amar y servir” (EE 233).

Si quieres conocer nuestro nuevo Proyecto Apostólico, puedes descargarlo en este enlace.