ENTRECULTURAS SALAMANCA

El nº 42 de la revista trimestral de Entreculturas publica un pequeño artículo sobre nuestra compañera de CVX en Salamanca y Delegada de Entreculturas, Mayte Petisco:

Conozco Entreculturas desde el año 2000, cuando se formó la Delegación en Salamanca. He participado como voluntaria durante unos cinco años y, actualmente, soy la Delegada. Desde el principio, lo que más me convenció de esta organización fue la manera de funcionar en la que se escucha y se tiene en cuenta la opinión de todas las personas que están involucradas en el proyecto: voluntarios, trabajadores, socios del Sur… Al mismo tiempo, Entreculturas me ha ayudado a tener conciencia de la importancia de apoyar la educación y el desarrollo de las personas como mejor manera de permitirles ser protagonistas de su propia historia. Y, sobre todo, una de las cosas que más me gusta es que es una organización que ha nacido en el Sur y se nota, porque siempre el Sur tiene una palabra importante que decirnos y, además, también se tiene muy presente y se busca trasmitir las experiencias de la personas que han viajado a los países del Sur y han entrado en contacto directo con la realidad por la que trabajamos.
Yo, concretamente, estuve en Venezuela durante el pasado verano conociendo la labor que realiza el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) en la frontera con Colombia, atendiendo refugiados colombianos que cruzan la frontera hacia Venezuela. Fue una experiencia increíble, no solo porque me dio la oportunidad de poner rostro a los destinatarios de las acciones del SJR y de Entreculturas, sino por poder formar parte del proceso de acogida a esas personas que tienen que dejar su país porque su vida ha sido amenazada. Es una realidad verdaderamente compleja.
Aquí, en la Delegación de Salamanca, también procuramos tener muy en mente la realidad de las personas refugiadas y desplazadas. Es más, el “Proyecto Delegación” que hemos trabajado durante este curso, ha consistido en la mejora de la calidad de vida de los haitianos que viven en la frontera con República Dominicana. Y hemos realizado talleres en algún colegio y hemos recaudado fondos a través de un rastrillo en la parroquia. Asimismo, durante el mes de mayo, pusimos en marcha la exposición fotográfica “Larga espera hasta el retorno” para concienciar a la comunidad universitaria sobre la situación de los millones de personas que hay en el mundo que tienen que dejar sus países por motivos de persecución. Pienso que formar parte de Entreculturas no supone solamente participar en la construcción de un mundo más justo, sino, sobre todo, poner rostro y acercarse a la realidad y a la vida de muchas personas tanto del Sur como del Norte que, con sus experiencias vitales, sus maneras de estar y de ser, nos enriquecen y nos cuestionan y van transformando nuestra manera de vivir.