NO PONER PRECIO


No poner precio al tiempo.
Sentarse a la sombra, que la semilla sembrada igual crece.
Ir de paseo sin mapa.
Perder los minutos sin querer recuperarlos.
Reír con ganas. Llorar sin amargor.
Cantar sin eco. Orar sin convenio, con deseo.
Charlotear, o hablar de dentro.
Cuidar la imaginación y recorrer en ella el mundo.
Recostarse, y aquietar para alzarse nuevo.


José M. R. Olaizola,sj