Presentamos algunos fragmentos de la entrevista a Tomás Durán, Vicario de Pastoral. Se publicó en el número 524 (8 de junio de 2008) de COMUNIDAD, boletín de la Diócesis de Salamanca.
"En casi todas las Parroquias hay lugares, salas de reuniones para la catequesis de los jóvenes… ¡la mayoría vacías! Es necesario pasar de una catequesis de los “lugares” a una catequesis del camino, del encuentro. Caminar con los jóvenes, en sus caminos; e, invitarles a caminar con nosotros. Es, pues, el tiempo de volver a Emaús. Hay que salir hacia ellos. Tenemos que convencernos de que las convocatorias desde el ambón no las oyen. El modelo de pastoral juvenil es el del Peregrino de Emaús. Ellos esperan caminantes a su lado. No enseñantes desde la tarima, sino compañeros de camino que desvelan la verdad con el testimonio de su vida, que viven la intemperie... a los que ellos puedan suplicarles con verdad: ¡quédate con nosotros! A veces, da la impresión, que los instalados en la comodidad somos nosotros, y sentados en los despachos nos cuesta salir. La pastoral con los jóvenes no es de “venid a la reunión”, sino “¡vamos al camino!”. Y esto no debe impedirlo nada y mucho menos tanta preocupación por hacer obras y restauraciones de templos y retablos. No debemos escatimar gastos de ningún tipo, tiempo y vida sobre todo, en la evangelización de las generaciones jóvenes".
"No hay nadie más exigente que los jóvenes. Buscan la autenticidad en todo. A veces sucumben en lo fácil. Pero sería una pastoral equivocada con ellos si le presentamos “un evangelio barato y dulcificado”, creyendo que así los atraemos mas fácilmente. Son muy listos y buscan lo auténtico. No nos engañemos. De nosotros quieren la verdad. El camino de Jesús les seduce. Debemos dejarnos interrogar por sus críticas, quieren una iglesia fiel al evangelio y no acomodada. Y es cierto, una Iglesia pobre, como su Señor, es más creíble".
"Hemos de descubrir un camino catecumenal nuevo. El proceso catequético con los chavales de 10 a 16 años está prácticamente roto en casi todas las parroquias ¡No tenemos un tejido eclesial de adolescentes-jóvenes! Son diversas las razones culturales que han llevado a esto, pero es que con los materiales y el proceso de catequesis que ofrecemos no vamos a ninguna parte: ¡es el mismo de hace 20 años! Con la “catequesis escolar”, que aún practicamos, no caminamos con los adolescentes ni cien metros por la calle. La catequesis de la experiencia debe ser revisada, y la del simple entretenimiento… Hay que ir al fondo, pasar de una enseñanza de verdades abstractas a la iniciación de una fe viva y a la práctica vivenciada de la fe. Estamos llamados a revisar y repensar nuestra catequesis. El giro mistagógico es urgente: ir al corazón del misterio de la fe. Sin complejos. Nos lo agradecerán. Para entretener y socializar ya hay otras instancias".
"En casi todas las Parroquias hay lugares, salas de reuniones para la catequesis de los jóvenes… ¡la mayoría vacías! Es necesario pasar de una catequesis de los “lugares” a una catequesis del camino, del encuentro. Caminar con los jóvenes, en sus caminos; e, invitarles a caminar con nosotros. Es, pues, el tiempo de volver a Emaús. Hay que salir hacia ellos. Tenemos que convencernos de que las convocatorias desde el ambón no las oyen. El modelo de pastoral juvenil es el del Peregrino de Emaús. Ellos esperan caminantes a su lado. No enseñantes desde la tarima, sino compañeros de camino que desvelan la verdad con el testimonio de su vida, que viven la intemperie... a los que ellos puedan suplicarles con verdad: ¡quédate con nosotros! A veces, da la impresión, que los instalados en la comodidad somos nosotros, y sentados en los despachos nos cuesta salir. La pastoral con los jóvenes no es de “venid a la reunión”, sino “¡vamos al camino!”. Y esto no debe impedirlo nada y mucho menos tanta preocupación por hacer obras y restauraciones de templos y retablos. No debemos escatimar gastos de ningún tipo, tiempo y vida sobre todo, en la evangelización de las generaciones jóvenes".
"No hay nadie más exigente que los jóvenes. Buscan la autenticidad en todo. A veces sucumben en lo fácil. Pero sería una pastoral equivocada con ellos si le presentamos “un evangelio barato y dulcificado”, creyendo que así los atraemos mas fácilmente. Son muy listos y buscan lo auténtico. No nos engañemos. De nosotros quieren la verdad. El camino de Jesús les seduce. Debemos dejarnos interrogar por sus críticas, quieren una iglesia fiel al evangelio y no acomodada. Y es cierto, una Iglesia pobre, como su Señor, es más creíble".
"Hemos de descubrir un camino catecumenal nuevo. El proceso catequético con los chavales de 10 a 16 años está prácticamente roto en casi todas las parroquias ¡No tenemos un tejido eclesial de adolescentes-jóvenes! Son diversas las razones culturales que han llevado a esto, pero es que con los materiales y el proceso de catequesis que ofrecemos no vamos a ninguna parte: ¡es el mismo de hace 20 años! Con la “catequesis escolar”, que aún practicamos, no caminamos con los adolescentes ni cien metros por la calle. La catequesis de la experiencia debe ser revisada, y la del simple entretenimiento… Hay que ir al fondo, pasar de una enseñanza de verdades abstractas a la iniciación de una fe viva y a la práctica vivenciada de la fe. Estamos llamados a revisar y repensar nuestra catequesis. El giro mistagógico es urgente: ir al corazón del misterio de la fe. Sin complejos. Nos lo agradecerán. Para entretener y socializar ya hay otras instancias".
Podéis leer la entrevista completa aquí